TEXTO CURATORIAL

En un país como Colombia, en el que los procesos de paz y reconciliación, como cualquier otro proceso de esta naturaleza, han entrañado volver al pasado para recuperar verdades que han sido silenciadas u omitidas y reconocer así los hechos ocurridos en una guerra civil de casi 60 años, es necesario revisar el concepto de memoria.

 

Es usual contraponer historia y memoria: la primera suele concebirse como un relato colectivo y oficial -con todo lo que esto puede significar: “objetivo”, consensuado, inmutable- y la segunda, como el gran conjunto de relatos individuales e irremediablemente subjetivos que pueden a su vez conformar una versión alternativa de esos mismos hechos -o aun de otros más personales- cuya circulación se basa, principalmente, en una tradición oral y artística que pasa de una generación a otra. En ocasiones, en la memoria se encuentra lo que la historia ha dejado atrás. 

 

Sin embargo, Estéticas de las memorias no propone necesariamente contrastar estos dos conceptos ni volver a obras que se refieran a episodios concretos de las historias de Colombia y Argentina, sino detenerse en las formas como ambos discursos son construidos, pues si hay algo en común será precisamente que tanto historia como memoria requieren de una construcción colectiva e/o individual y para esto echan mano de distintas operaciones y herramientas mnemotécnicas hacia las que resulta importante dirigir la mirada del público, con el fin de reflexionar sobre los caminos que nos conducen como seres humanos a volver al pasado para iluminar nuestro presente y, al tiempo, imaginar un futuro probable o deseable. 

 

Esta es una muestra de quince (15) títulos de larga y corta duración de ficción, ensayo y documental, producidos entre 2019 y 2022, filmados por realizador_s de Colombia y Argentina, pues en ambos países se han llevado a cabo procesos públicos de paz, justicia, verdad y reparación que, naturalmente, han influenciado en gran medida los intereses estéticos y el compromiso político de generaciones enteras, inspiradas por acciones civiles e institucionales que han buscado revisar la historia nacional, con el fin de encontrar unos elementos interseccionales que evidencien la conjugación de lo público y lo privado.  

 

En una selección de películas como esta, es ineludible pensar en la palabra archivo, pues esta será un asunto y un material central en estas obras, por lo que proponemos también detenernos en ella: esta proviene del latín Archivum, y este del griego Archeión que significa principio, origen. Así, el archivo trazaría o sería él mismo un camino de vuelta, un camino que conduciría a una primera imagen, la primera. El archivo comprendería entonces una serie de imágenes originales que evocarían la esencia de un episodio, la prueba de que este ha ocurrido y una pista absoluta y material de cómo ha sido. Pero ¿qué puede constituir formalmente un archivo? ¿Cómo se configura? ¿Quiénes lo producen? ¿Cuán tangible o inmaterial puede ser? ¿El archivo es incuestionable y no debe ser manipulado? ¿Quién tiene acceso al archivo? Esta muestra pretende exponer la diversidad de materiales que pueden constituir un archivo y los distintos usos de él como material que suscite la reflexión sobre la memoria misma o la apertura de relatos alternativos. 

 

Fotografías, videos caseros, grabaciones televisivas, registros fílmicos, testimonios orales, cartas, mapas, réplicas, inventarios, cantos e incluso la puesta en escena del pasado conforman una diversa gama de operaciones y elementos tangibles e intangibles que como sociedad, hemos implementado para recordar un tiempo previo y estas quince películas los retoman, los exponen, los manipulan y los examinan con gran atención para observar las capas temporales que los cubren, sus condiciones materiales y las interpretaciones subjetivas que pueden catalizar. 

 

Este corpus podría dividirse en tres grandes líneas: en primer lugar, un conjunto de cuatro películas que a modo de ensayo reflexionan directamente sobre los mecanismos implementados para construir una memoria y que por ende suponen formas de combatir el olvido, a partir de historias familiares que llegan a conclusiones universales al extender estas ideas a campos más amplios, como la conservación material en los museos y proponiendo una relación directa entre memoria y geografía, así como evidenciando el artificio mismo del cine: Adiós a la memoria, Ficción privada, Aquí y allá y A imagen y semejanza

 

En segundo lugar, la palabra constituye una herramienta esencial para la construcción de estos relatos, moldear con ella una historia personal o colectiva, es el primer acto en un mundo estructurado por un pensamiento cimentado en el lenguaje. En otras cinco películas, es a través de la palabra que toman forma historias personales afectadas de algún modo u otro por la gran historia. Estas obras exponen una palabra viva que se expresa incluso a través del canto como medio para tramitar un duelo o reconocer relatos alternativos sobre un lugar y también abren un espacio primordial al testimonio que ilumina historias omitidas o desconocidas y encuentran en la lengua misma un material. Estas películas son: Mis dos voces, Revelaciones, Camuflaje, Cantos que inundan el río y Abrir monte.

 

Por último, es muy importante resaltar en esta curaduría seis títulos que trabajan directamente con diversos tipos de archivo (como se le concibe tradicionalmente) con el fin de iluminar con una nueva luz el pasado para encontrar en él una lectura distinta, una idea sobre el presente o un futuro posible. Todas se refieren a eventos traumáticos, nacionales y fundacionales que por sus mismas características han encontrado formas más efectivas de permanecer en el imaginario general (emisiones televisivas, fotografías, monumentos, notas periodísticas), pero que también configuran un discurso oficial que aquí es puesto en duda: Chaco, Bicentenario, La última marcha, Los Zuluagas, Esquirlas, 1982 y A imagen y semejanza


Además de proyecciones únicas de los largometrajes y dos funciones de los programas de cortos, Estéticas de las Memorias ofrecerá tres conversatorios con algun_s de l_s realizador_s invitad_s y un taller teórico-práctico impartido por la cineasta y docente Azul Aizenberg, “Subvertir el archivo, colectivizar la memoria”, el cual tendrá como propósito provocar un espacio de reflexión y acción sobre los archivos y su ausencia a partir de referentes de la historia del cine y ejercicios disparadores con los que l_s participantes desarrollarán breves piezas audiovisuales en formato de videominuto.